miércoles, 6 de junio de 2007

las tic y yo


Brevísima cronología

1994: tarjeta de crédito.

1995: computadora y video reproductor.

1997: freezer y equipo de cd.

1999: tv por cable.

2000: microondas.

2001: conexión a internet, esporádica.

2004: teléfono celular (usado por mi esposa e hijos).

2005: conexión a internet las 24 hs en el hogar. DVD.

2007: impresora multifunción.

Su influencia en la vida cotidiana

Como se observará, la lista se vincula fundamentalmente al hogar y su incorporación ha modificado todos los contenidos como las formas de la vida familiar. De un lado, nos ha permitido organizar la dinámica cotidiana, donde rara vez coinciden los horarios de padres e hijos, facilitando especialmente todo lo vinculado a la alimentación. Por otro, la incorporación de la computadora y la tv cable han introducido hábitos totalmente nuevos en la vida familiar.

La computadora es uno de los centros principales de la actividad hogareña. Los cinco la usamos diariamente, con las consabidas discusiones por el turno respectivo, cada uno según su perfil y necesidades. Mi esposa en todo lo vinculado al procesamiento de textos y armado de presentaciones ( es lic. en fonoaudiología y docente) y el correo; mi hijo mayor (21) en su carrera de diseño industrial, correo, chat, música y juegos, actividades estas últimas que comparte con los menores. Por mi parte, el correo e internet ocupan todo mi tiempo informático. Ahora la diplomatura, mi primer curso a distancia.

La rotura del equipo genera un estado de desasosiego y mal humor familiar que da cuenta del lugar que ocupa en el hogar; muchas de nuestras actividades regulares dependen de su uso cotidiano. Es decir, hemos reorganizado gran parte de nuestros quehaceres en función de la máquina.

Quiero detenerme especialmente en la pertenencia a distintas redes; personalmente, participo activamente en dos que agrupan a algunos cientos de miembros donde debatimos libremente sobre temas sociales y políticos, y organizamos algunas actividades presenciales que van desde asados a movilizaciones callejeras.

De algún modo, la participación en estas redes ha ocupado el lugar que una parte de mi generación (tengo 49) dedicó a la militancia contra la dictadura (1973-1985) y a la reconstrucción democrática (85-90). Luego de la coincidencia histórica entre la caída del muro y la derrota del plebiscito contra la ley de impunidad para los violadores de dd.hh. (89), el repliegue y abandono de las organizaciones sociales y políticas fue masivo. Recién con la crisis 2001-2002 del gobierno de Batlle surgen las redes como una nueva forma de participación y expresión ciudadana. Claro está, se trata de un sector pequeño de la sociedad pero dinámico e influyente en importantes ámbitos de la política y la cultura. Esto no significa que hayan desaparecido las formas tradicionales como gremios, sindicatos y partidos políticos, que siguen batallando, pero su convocatoria no es la de hace veinte o treinta años. Tampoco significa que las redes vayan a sustituirlos, son formas nuevas de asociación con todo el potencial que las TIC ofrecen como ya han mostrado en campañas fulminantes como las elecciones españolas donde triunfó Zapatero o las denuncias de la guerra de Iraq.

En el plano laboral, ejerzo la docencia en matemática para bachillerato y facultades en una academia privada. El hecho más destacable es que NO ha influido en prácticamente nada la revolución de las TIC en nuestro trabajo. Para ubicarnos: es una academia grande en nuestra escala montevideana - unos 300 alumnos regulares- y preparamos estudiantes de liceos y facultades públicos y privados para sus cursos y exámenes. Nuestra experiencia indica que prácticamente no ha habido modificación en la enseñanza uruguaya salvo pequeñas experiencias o ventajas como bajar los ejercicios y materiales de la red. Baste decir que en treinta años de labor, el cambio material más destacado ha sido la pizarra blanca y los marcadores sustituyendo a la tradicional tiza – que sigue luchando en muchísimos institutos-. Y conste que trabajamos sobre los sectores más favorecidos económica, social y culturalmente de la ciudad.

Sin embargo, las aplicaciones de escritorio y de gestión de la institución han sido absorbidas por la computadora, toda la información administrativa y contable se procesa a través de ella. Creo que merece una reflexión el asunto puesto que desnuda el retraso mayúsculo que vive la educación respecto a otras áreas como la administración y los negocios. Seguramente tiene que ver con la esencia misma de cada esfera, las últimas más dinámicas por su vinculación directa al nervio motor del sistema: aumentar la ganancia; mientras que la enseñanza aparece mediatizada y, muchas veces, como un gasto innecesario o desmedido para quienes detentan el poder y no se preocupan por la democratización del sistema con justicia social.

Algunas reflexiones finales

Si bien es difícil separar lo anterior de este punto, quiero ahora reflexionar , en primer lugar, sobre algunas implicancias de los conceptos que autores como Castells nos trasmiten sobre la revolución tecnológica operada y el nuevo modo de desarrollo informacional.

Cuando Castells publicaba su famosa trilogía por el año 95, nuestro país disfrutaba del “éxito” de las políticas fondomonetaristas, la apertura económica, la invasión de productos extranjeros, los autos 0 km, las privatizaciones, la flexibilización laboral y demás aportes del Consenso de Washington.

Recién la crisis del 2002 destruyó el espejismo conservador y el discurso único neoliberal. Quizás el principal mérito opositor fue justamente ese: oponerse a tan nefasta política aunque sin entender muy bien el mundo que nacía.

Creo que el problema principal para las fuerzas del cambio uruguayas –entre las cuales los educadores revisten muy mayoritariamente- es la incomprensión de la nueva realidad mundial, la inexistencia de un debate amplio, rico y profundo que nos permita entender este nuevo modelo de desarrollo capitalista que nos domina y arrastra y, a partir de allí, construir una alternativa propia.

Comento al pasar que nuestra pobreza y pequeñez es tal que no se consiguen los libros de Castells en las librerías montevideanas: son caros y somos pocos, es decir, no constituimos un mercado. Por tanto, no se trata ya de la brecha digital sino de la brecha cultural que nos ha sumergido a niveles que nos cuesta asumir.

La globalización capitalista nos abarcó con el vértigo que la caracteriza; una parte de la sociedad se fue “enredando” como pudo y otra quedó totalmente al margen. La educación, por un lado, languidece entre la crisis presupuestal endémica -ya supera los 40 años-, con todo lo que esto significa para educandos y educadores directamente y para la sociedad en general; por otro, el torbellino del informacionalismo se ha colado por todos lados y la incomprensión de lo que nos ocurre, han llevado a una situación extremadamente compleja donde está cuestionado el presente y el futuro del proyecto educativo nacional. Existe un divorcio creciente entre los educandos y la educación, especialmente a nivel secundario.

Es claro que las TIC no resolverán por si mismas los problemas de la sociedad ni de la educación. Pero debemos tomar conciencia de los conceptos de Castells sobre la capacidad intrínseca de las TIC para “ampliarse sin límites al ser APROPIADAS y REDEFINIDAS por los usuarios”. (Cap. 1, p.2, La era de la información). La cuestión no se limita a estar “enchufados” a la red, sino qué contenido tendrán dichas apropiación y redefinición.

1 comentario:

Fernando Cormenzana dijo...

Gracias por tu artículo.

Comparto en gran medida todo lo expuesto sobre educación, pero quizás sea un poco más optimista respecto a nuestro futuro, aunque los números (estadísticas oficiales) no parezcan indicarlo...

Te invito a participar de mi blog en nanotice.blogspot.com

Hasta pronto !